viernes, 18 de noviembre de 2016

Erase una vez...

Hace miles y miles de años en el lago Mashu cerca de un grupo de grupo de aldeas vivía un Yokai, algo así como una ballena muy muy grande, cuyo nombre era Amemasu.



Un día, un bello y delicado ciervo estaba bebiendo en la orilla del lago, cuando de repente Amemasu lo engulló, de golpe. Tal eran las ganas de Amemasu de comérselo que olvidó masticarlo, con lo que el ciervo llegó vivo al estomago del yokai. 
Parece ser que al llegar, el ciervo se entristeció tanto que empezó a llorar con lagrimas tan puras que, abrieron el estomago de Amemasu... matándole. 
Un pájaro que volaba por los alrededores lo vio y raudo y veloz fue a contárselo al conjunto de aldeas, advirtiéndoles que al morir Amemasu las aguas del pacifico que estaban bloqueadas por el yokai se descontrolarían e inundarían la zona.
No hicieron caso y, la única aldea que decidió refugiarse a las montañas fueron los Ainu
Los demás fueron a ver el cuerpo del yokai muerto y comerselo. Al terminar, las aguas se descontrolaron y acabaron por destrozar todas las aldeas y, matar a sus habitantes menos los Ainu

Cuentan los Ainu, que cada vez que hay un tsunami en Japón, es debido a que Amemasu entra en cólera por los crímenes que perpetúan los japoneses contra el mar y sus habitantes. 


Si os ha gustado esta leyenda, decidmelo en los comentarios y una vez cada semana contaré una con muuuuuuuuuuuuuucho gusto. Hasta otra :)



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